Es obvio que nuestra raza como cualquier otra se encuentra en constante evolución. Por un lado tenemos un estándar creado de la raza que es la autopista por la que deberíamos dirigirnos todos para continuar con la mejora de la raza, si bien, no siempre se sigue por diferentes criterios, unos acertados y otros erróneos. Yo destacaría dos factores principales por la cuales existe ésta evolución; por un lado los criadores, que son los responsables de «crear» nuevos individuos que revitalicen la raza y la mejoren. Es posible que existan tantos criterios y «gustos» como criadores hay y que cada uno tenga una idea de lo que ha de ser un plc. Por otro lado está la necesaria y exigente demanda de cachorros que tanta importancia alega a la raza.

 

Dentro del mundo de la cría, es vital entender que además del afán de mejora existen otras razones importantes como la económica, de reconocimiento, de aprendizaje, etc, que son las que empujan a actuar y criar de una manera u otra. En la actualidad , a la vez que aumenta la demanda, aumenta el numero de personas que crían por el criterio de la rentabilidad económica donde a menudo vemos camadas sin ningún sentido, ni exigencia, ni aporte alguno para la raza, sino todo lo contrario pues frecuentemente la degradan con ejemplares que no han tenido la selección genética adecuada o finalidad alguna excepto la económica. Otro grupo importante es la de aquellos que si bien el factor monetario es importante, se preocupan de obtener ejemplares que reúnen un mínimo de calidad en cuanto a genética, salud morfología , etc, buscando en mayor o menor medida aquellos cruces que a la vez que supongan una mejora de visible puedan ser un producto rentable. Dentro de éste gran grupo la balanza entre rentabilidad y la mejora puede variar ostensiblemente de un lado o del otro. Finalmente existe un grupo muy reducido donde tiene menor peso la parte de la hucha y profundizan mas en buscar genéticas mas adecuadas, distantes entre si, líneas perdidas, obtención de caracteres poco frecuentes, etc.

 

El otro gran factor , y culpable en gran medida , de la evolución de una raza canina lo marca la propia demanda, a menudo modas, productos más vendibles, gustos, etc. Un caso bien conocido por ejemplo es el de la conversión del pastor alemán , en un perro con extrema caída de angulaciones y cadera, exagerada, y que a veces ridiculizan a un antiguo formidable animal . Muchas han sido las modificaciones que han surgido a lo largo de la historia, por recordar algunas, la moda del «mini/toy» que afecta a razas pequeñas como yorkshire, caniche, terriers, etc.  La transformación de ejemplares de caza en individuos de belleza, setters, pointers, bracos, etc. Búsqueda de un hocico chato, buldogs, bull terriers, y muchas otras búsquedas de pelo largo, pelo corto, sin pelo, etc etc. Sin duda alguna esto marca la evolución de las razas caninas.